El 2 de enero comenzó en los Tribunales de Dolores el juicio contra los ocho jóvenes rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, que tenía 18 años cuando fue atacado a golpes a la salida de un boliche en Villa Gesell, y murió.

Los papás de Fernando, cara a cara con los rugbiers

Quiero justicia por mi hijo y un poco de paz en mi corazón", fue el pedido que, entre lágrimas, realizó Graciela Sosa al tribunal en el marco de la primera jornada del juicio por el asesinato de su hijo Fernando Báez Sosa.

En una pequeña sala de los Tribunales de Dolores, tanto ella como su esposo Silvino estuvieron cara a cara por primera vez con los ocho acusados de asesinar al joven de 18 años en la madrugada del 18 de enero de 2020 en la Ciudad de Villa Gesell.

Casi tres años después, una Dolores atravesada por el juicio recibe el debate que se extenderá durante todo enero y en el que se escucharán más de 150 testimonios. Durante la primera audiencia, la querella adelantó que pedirá prisión perpetua para los ocho imputados y la defensa intentó sin éxito que se declare la nulidad del proceso.

La nota completa, por Santiago Brunetto.

La defensa de los rugbiers intentó suspender el juicio dos veces

Este lunes, durante la primera jornada del juicio, la defensa de los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa intentó suspender el desarrollo del juicio dos veces mediante la presentación de distintos pedidos de nulidad del proceso, que fueron rechazados unánimemente por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Dolores.

El primero de los pedidos de nulidad, formulado por el abogado Hugo Tomei, cabeza de la defensa, sostiene que durante las primeras horas posteriores al crimen no se cumplió con el debido proceso a la hora de imputar a los acusados.

Ante el rechazo, Tomei volvió a la carga y presentó otro pedido de nulidad argumentando que en la acusación de premeditación de los hechos "no se dice qué conducta tuvo cada uno" por lo que "no se puede probar que se pusieron de acuerdo".

La nota completa, por Santiago Brunetto.

Quiénes son los ocho rugbiers acusados y qué rol tuvo cada uno

Máximo Thomsen es el más comprometido a raíz de las pericias, donde se lo señala como quien le dio la patada mortal a Fernando que le provocó "un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo”. Además, la víctima tenía marcada la zapatilla del rugbier en su rostro y el calzado del acusado, la sangre de Báez Sosa.

Un testigo lo señaló como “el sujeto que le propinó patadas en el rostro cuando estaba de rodillas en el piso”, y que además gritó “a este me lo voy a llevar de trofeo”. Vivía en Zárate y estudiaba Educación Física. Es hijo de la exsecretaria de Obras Públicas del municipio de Zárate, la arquitecta Rosalía Zárate.

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    Artículo original de www.pagina12.com.ar

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