La brecha cambiaria no se reduce con una devaluación, sino con un flujo constante y creciente de dólares hacia el Banco Central. Los actuales precios de los dólares financieros son muy altos en comparación histórica. Son valores de pánico que, como se sabe por experiencias pasadas, no se mantienen en el tiempo. Con datos duros, el tipo de cambio real multilateral no está atrasado.
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