Ingeniero Oliva apuesta al futuro y con una importante inversión, muestra el trabajo de digitalización de campos y pulverización con drones. Capacitaciones, cuidado del medio ambiente y una eficiencia que permite el ahorro de hasta 90% de productos químicos aplicados.
Estamos en la antesala de una revolución. Y el Día del Ingeniero Agrónomo es el momento oportuno para hacer un balance y mostrar lo que se hizo y lo que vendrá: de las capacitaciones a los procedimientos. De los mosquitos a los drones. De los metros a los milímetros cuadrados. De la recorrida en camioneta a la digitalización de los campos. Ingeniero Oliva tiene mucho para contar.
Diego Oliva, ingeniero agrónomo egresado de la UNICEN fundó una empresa familiar donde cada parte es clave: sus hijos Matías y Rosario, quienes también dialogaron con Central de Noticias, apuestan a un futuro que realmente podría cambiar la lógica de la labor del ingeniero agrónomo en Argentina y en toda Sudamérica, donde la consultora es referencia excluyente.
Conocer el trabajo es tarea compleja. Drones, equipamiento de última generación, incluso el propio asombro de volver de una capacitación “donde nos abrieron la cabeza con todo lo que se viene”. Software avanzado, y la digitalización de los campos como horizonte, lo que permitirá tener previsión y control sobre cada maleza, cada detalle ínfimo … hasta el milímetro cuadrado.

Sobre esa y varias capacitaciones, los jóvenes profesionales explicaron que la tecnología –y el conocimiento- “avanza muy rápido y cada vez son más precisos los equipos y sobre todo más accesibles. Entonces, requiere constante capacitación para poder implementarlos en el campo, porque hoy en día está la disyuntiva entre lo que se viene haciendo e implementar nuevas herramientas tecnológicas para perfeccionar esas actividades”.
Esa precisión permite ahorrar en uso de químicos, lo que no sólo genera un ahorro económico, sino que potencia las “buenas prácticas”. Los productores, en este sentido, “no lo ven como una amenaza a esta innovación tecnológica. Están dispuestos a meterse en estas innovaciones y por ahí indagar cada vez más, los equipos son más accesibles que la maquinaria grande y entonces toman como un complemento a las maquinarias que ya tienen hoy. Es cierto que en Argentina por la extensión de los campos es necesaria la tecnología de drones y digitalización, por eso creo que no lo ven como una amenaza. No es que se van a quedar sin trabajo, sino que simplemente cambiará la forma de realizarlo”.
El incremento de los costos genera que los productores “quieran hacer un análisis más detallado de lo que está sucediendo y con estas tecnologías han encontrado un ahorro de hasta el 70% o más en químicos porque podemos llegar a detectar hasta milimétricamente las malezas o plagas, hongos, no es únicamente para malezas”.
Ingeniero Oliva no es una empresa contratista, sino que “desarrollamos técnicamente todo ese proceso para poder asesorar a productores y contratistas en que se haga de la forma más eficiente, con el correcto uso de los recursos humanos y capitales y también teniendo muy en cuenta que todo este aspecto del agro impacta directamente en la salud. Entonces el buen uso, llamada también de ´buenas prácticas agrícolas´, el buen uso de los químicos y el cuidado de la salud también es importante”.
Diego Oliva es integrante del Departamento de Desarrollo Agrario de la Provincia, además son “colaboradores” con el Estado de Uruguay y Paraguay en un tema que realmente se volvió una política de Estado: “se está buscando la eficiencia química junto con la física, que es la de calibrar los equipos, manejar de la mejor manera la maquinaria y más que nada el equipo pulverizador, que es donde nosotros nos centralizamos, y luego con eso viene la eficiencia económica y biológica”.
La calibración de la maquinaria es clave: de hecho, es un mantenimiento habitual que se realiza anualmente para “asegurarse de que lo que uno está aplicando se aplique de la forma correcta”.
“Cada vez es más exigente la regulación de estas máquinas, entonces exigen protocolos que sean más delicados y por ende nosotros que ya somos hace más de 20 años especialistas en esto, somos frecuentemente consultados en calibraciones de maquinaria terrestre como los mosquitos, aviones, pulverizadores y bueno, drones”.
El valor agregado de Ingeniero Oliva es el procedimiento, el cómo: “si bien se hace bajo la IRAM 14130 la norma te dice qué pero no cómo, entonces hemos desarrollado nuestra propia metodología de trabajo”.
La empresa atraviesa un momento bisagra: buscan transformarse en una sociedad de franquicia para ampliar el conocimiento a todo el país y sudamérica. “Acá en Olavarría no tenemos tan explorado nuestro trabajo, sino que nos pasamos viajando, tenemos clientes que están a 300 kilómetros, otros que están a 2.000, por más que tenemos sociedad en Argentina, Paraguay, Uruguay, la sede es acá en Olavarría, entonces todo se maneja desde acá. Eso hace que tengamos que viajar mucho, pero estamos en proceso de cambio recién, todavía no hemos divulgado tanto nuestro conocimiento” . Y allí aparece la posibilidad.
“Cuidá tu bolsillo, el ambiente te lo agradece”

La investigación y el desarrollo es clave, y forma parte de la empresa: Diego Oliva se tomó unos minutos para dialogar con Central de Noticias y explicar las claves de su empresa. “Hay una frase que nos dijeron ahora en Uruguay, que estuvimos en capacitación con el uso de drones y todo, que es ´cuida tu bolsillo, el ambiente lo agradece´. Y también esto, el impacto que tiene sobre el contratista que tiene la máquina, el trabajo es el mismo, porque la maquinaria tiene que recorrer igual toda la parcela, entonces va a realizar el mismo trabajo, la misma cantidad de horas hoy en día, pero de manera mucho más eficiente, y al cargar menos los equipos se daña menos, bueno, es como ganar, ganar de ambos lados”.
Señaló que la participación del programa “Carnet Habilitante Provincial” desarrollado hace 10 años “nos fue llevando a profundizar el conocimiento y los métodos de divulgación. Entonces fuimos adaptando el conocimiento y la forma de trabajar para que los operarios cuenten con herramientas de decisión para poder hacer un trabajo responsable y de bajo impacto ambiental. Este fue un poco el disparador de por qué empezamos a trabajar de esa manera, sumado a nuestras líneas de trabajo que eran investigación y desarrollo, también a la línea de trabajo de transferencia tecnológica y divulgación de lo que hacíamos, si no era información que quedaba encriptada solamente en el ámbito académico de investigación”.
El avance de la tecnología, para Oliva, genera estar ante las puertas “de una agronomía 4.0, en la que la generación de datos y la interpretación de los mismos va a hacer que se tengan decisiones más precisas, con agricultura de precisión muy definida”.
Incluso, amplía el porcentaje de ahorro manifestado por Matías y Rosario y señaló que pueden ahorrar “hasta un 90% de los químicos que se usaban, preservando el ambiente y haciendo más eficientes los tratamientos”.
“Nosotros creemos que esta revolución tecnológica de la agronomía 4.0 va a tener un impacto muy importante en el sistema de producción de Olavarría principalmente, y en el sistema ganadero, con algo de agricultura, y bueno, del sudeste en general. Porque en el sudeste hay menos químicos, o hasta menos semillas, porque la posibilidad de digitalizar una pastura, identificar suelo desnudo, y resembrar solamente eso, representa un aumento de productividad con una muy baja inversión” explicó el ingeniero.

Justamente, la posibilidad de siembra en lugares más pequeños y de forma precisa en zonas ganaderas como Olavarría, “puede ser muy importante en los procesos de digitalización de las pasturas, o de lo que quiera, inclusive el campo natural, intersembrarlo con tréboles, donde hay suelo desnudo. En la agricultura es más o menos lo mismo, una vez digitalizada una parcela, un potrero, se pueden identificar solamente donde hay malezas, y pulverizar sobre las malezas, significando ahorros de hasta un 90%”.
Inclusive se podría identificar lo que se denomina como “punto de estrés”, es decir, donde haya una plaga o una enfermedad “ir solamente sobre ese lugar, y no liberar productos, insecticidas, en todo el campo, solamente donde está la plaga”.
“Estas herramientas digitales van a cambiar la producción en forma rápida, porque además el productor argentino adopta tecnologías muy rápidamente”.
Las capacitaciones y el campo empírico

Oliva es un divulgador y capacitador en varios ámbitos. Pero solo no podría hacerlo. “En las capacitaciones que hago para operadores terrestres, yo voy a aprender de ellos. La realidad es que son muy enriquecedoras. El operador terrestre de agroquímicos es una persona que en general tiene bastante experiencia y tiene un perfil bastante innovador, como te decía, y es bastante permeable a la información”.
Deriva en que “el intercambio sea muy enriquecedor. Y nos construimos juntos, porque uno aprende más mientras se enseña”.
“Su conocimiento y el nuestro fue apoyando a que se hicieran mejor las cosas. En la actualidad estamos, como te decía, en una nueva realidad con sistemas de aplicación nuevos, como estos drones, en la que nosotros tenemos la suerte de venir investigándolos hace ya 5 años, entonces tenemos alguna posibilidad de interpretar mejor lo que está sucediendo. Pero el conocimiento empírico no está, está solamente con el conocimiento teórico o académico”.
En estos tiempos será clave para la precisión y el desarrollo de políticas públicas: “se debe entender que está liberando químicos al ambiente, que no es cualquier cosa, y que va a necesitar de un nivel de formación medio-alto para usar estas tecnologías de alta precisión, porque mal usadas representan un gran riesgo, bien usadas un enorme beneficio” cerró.

Una empresa que no tiene techo y que generó aportes a todo el país y varios puntos de Sudamérica. Oriunda de Olavarría, un distrito mayoritariamente ganadero. Lo que no es poco. Subraya la importancia de la investigación del ingeniero agrónomo en su día.
fuente: cdenoticias.com