El 31 de agosto falleció Silvina Luna, pero el reclamo para que se haga justicia es constante. A pesar de que el hermano de la actriz se mantiene alejado de las cámaras, desde su círculo cercano aseguran que todavía sigue ‘destruido’ y que le sigue afectando de la misma forma que el día que ocurrió el hecho.
Ezequiel Luna era el único miembro de la familia que le quedaba a Silvina, ya que tanto su mamá como su papá murieron por problemas de salud en 2008. Su hermano fue su compañía durante los 79 días que estuvo internada, mientras que las amigas de la actriz aseguraron que se comportó como un ‘ángel’.
En la convocatoria realizada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices en el día de hoy, en donde reclamaron justicia por Silvina y por todas las víctimas de mala praxis operadas por Aníbal Lotocki, estuvo presente el abogado Fernando Burlando. En diálogo con Intrusos, afirmó que mañana se va a juntar con Ezequiel.
Añadió: “Es todo muy reciente. Así que el golpe y el impacto de una pérdida semejante todavía lo debe afectar de la misma manera que el día que ocurrió”. Sobre el acto que se llevó a cabo, comentó: “Es una convocatoria de las víctimas que han denunciado y un pedido pacífico de Justicia”.
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Además, aclaró: “La idea de hacer una marcha no nos parecía apropiado, dada la situación que vive el país en general”, y expresó que la convocatoria por Silvina fue “mucho más prolija, ordenada y efectiva”.
Por otro lado, un amigo de Silvina que mantenían un vínculo cercano desde la edición 2001 de Gran Hermano, Gustavo Conti, habló sobre el estado actual de Ezequiel y afirmó: “Él ahora está destruido, pero es fuerte también. Porque la pasó, él estuvo ahí siempre y comandando, porque habitualmente, era ella la que lo tenía bajo el ala a él porque era más chico. Pero se invirtieron los roles y el pibe estuvo, como tenía que estar”, en diálogo con Cortá por Lozano.
“Yo no iba seguido a verla, porque también era cargarlo más a Ezequiel, molestarlo, llamarlo y tener que decirle. Pero yo hablaba todos los días con una amiga de ella que me contaba todo. Además, Silvina también cansaba con las visitas, para mí, con que ellos supieran que yo estaba a disposición de lo que necesitaran me alcanzaba”, detalló.
La cercanía a la actriz no solo era de parte de Gustavo, también su hijo, Félix de seis años, se preocupó por su estado de salud: “Mi hijo, todos los días se despertaba y me decía: ‘¿Cómo está Silvina?’ Tampoco puedo mostrarle a mi hijo tanta tristeza porque él tiene su vida, tiene que ir al colegio, a fútbol, a guitarra. Cuando se lo dije, se le cayó la cara al piso. Pensé que no le iba a pegar tanto”.
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“Él a la tarde, o a la noche, cuando estábamos cenando preguntaba por ella: '¿Cómo está Silvina, pa?' Y yo le hacía con el pulgar para arriba o para abajo. Tampoco le quería dar tantas explicaciones. Y cuando pasó, se lo tuve que decir”, aseguró.
El vínculo entre Silvina y Ezequiel
Oriundos de Rosario, Ezequiel tomó la decisión de mudarse a Buenos Aires cuando a Silvina la internaron de urgencia: “Con mi hermano somos muy cercanos, muy amigos. Siempre fuimos muy unidos, yo siempre tuve como protección sobre él desde muy chico y obviamente cuando pasó lo que pasó se vino a vivir acá y estamos todo el día juntos o hablamos”, había comentado la actriz en el programa PH.
Su hermano estuvo presente en cada ocasión que presentó complicaciones de salud. Cuando a Silvina le diagnosticaron insuficiencia renal y los médicos le informaron que debía ser trasplantada, Ezequiel le ofreció donarle un riñón: “Una de las personas que se ofreció fue mi hermano Ezequiel, pero a mí todavía me da cosa hablarlo. Yo sé que él está ahí, pero todo depende de muchas cosas y quiero ir paso a paso. Como falta, no me quiero adelantar”.
Contenido original de BigBang News