Cuando estaba embarazada, su madre, Cristina, fue secuestrada por una patota militar.
Su abuela Nélida lo buscó hasta su muerte junto a su padre, Julio. Cuando crecieron, se
sumaron sus hermanos. En paralelo, él empezó su propia búsqueda que, gracias a la
incansable lucha de Abuelas, confluyó con la de sus familias, Navajas y Santucho.
Ayer, todos festejaron la nueva victoria de la memoria.
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