Por estas horas, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires continúa haciendo campaña electoral en modo “vacaciones” en la Costa Atlántica y otros destinos turísticos del país, surfeando olas, comiendo churros o fotografiándose imitando la icónica imagen de los Beatles cruzando la calle. Rodríguez hace de cuenta que todo está bien en nuestra ciudad y ya en trance electoral actúa como si nada pasara en términos políticos en nuestro país y la región.

El sonriente Jefe de Gobierno porteño tuvo que soportar en una playa de Mar del Plata, que turistas vernáculos le reprochen agriamente que se lleva la plata de los bonaerenses para su ciudad, dado el fallo de la Corte Suprema sobre los fondos coparticipables nacionales, que Macri en su momento otorgó por decreto a su discípulo del PRO. Pero Larreta pretende más con esta caravana veraniega. Su objetivo es atraer votantes indecisos, para lo cual se presenta con la impostura de “tipo común que anda por la calle”, con una pátina de argentinidad, cercanía y federalismo, de la que en realidad carece absolutamente. Tal pretensión tras ese modo de campaña televisiva, y siempre con un fondo verde de la naturaleza; tiene por fin que no se hable del tema ominoso que lo perturba. Que no se comente, ni le pregunten sobre los chats que mostraron a su ahora “licenciado” ministro de “Seguridad y Justicia”, Marcelo D´Alessandro, conspirando con el tal Silvio Robles, mano derecha del Presidente de la Corte Suprema, para que lo instruya acerca de la redacción de la presentación jurídica sobre los fondos coparticipables; ni que tampoco se hable de las tramoyas corruptas con empresarios del servicio de grúas de la ciudad. Larreta se propone ocultar la imprevista apertura de su caja de Pandora que le explotó en la cara, y que pone en evidencia un modo corrupto de gestionar, intrínseco de su fuerza política de derechas; y del contubernio que mantiene con el poder judicial.

El sonriente Alcalde busca desesperadamente salirse de esa escena política, y continuar su proselitismo veraniego, lo cual está resultando ser un propósito imposible, ya que la crisis del Gobierno Nacional con los “supremos” y la derecha parlamentaria y mediática, emergió como consecuencia del arbitrario beneficio a sus demandas. El conflicto derivó en el fallo de la Corte a favor de la pretensión del Pro, potenciado por la toma de la presidencia y paralización del Consejo de la Magistratura por parte de su supremo presidente Horacio Rosatti. Este accionar político antidemocrático es el verdadero causante del proceso constitucional de juicio político iniciado por el Presidente de la Nación contra los cuatro jueces supremos, dada su parcialidad e intromisión en los otros poderes del Estado. Esta connivencia espuria e ilegal quedó expuesta a la luz pública por la filtración del los chats del Ministro larretista. Allí se exponen impúdicamente los tejes y manejes de una vulgar y mafiosa estrategia de intromisión en las decisiones de la Corte.

El Jefe de Gobierno trata de negar la gravedad de los hechos y de paso sugiere que el pedido de juicio político a la Corte es un ataque a la democracia del “incorregible peronismo”. Sin embargo, los hechos son inamovibles. Se vuelven a poner de manifiesto con el chateo ahora expuesto: en realidad la vulneración de la democracia la tejen en los sótanos del PRO, en el poder judicial y con los editorialistas de los grandes medios, que ofician de ministerio de propaganda.

Este crecimiento de la tensión política en nuestro país es coincidente con lo que ocurre en la región. De una derecha cada vez más violenta y cargada de odio, como instrumento para confrontar con la vida y las instituciones democráticas. Los acontecimientos golpistas en Brasil, la masacre al pueblo peruano en Juliaca y otras ciudades del país hermano, el atentado contra la vicepresidenta colombiana, son un ejemplo incontrastable.

En la actual coyuntura política de nuestro país, la disputa también se presenta con la cabeza del poder judicial y con una extensa troupe de jueces y fiscales abocados a la guerra judicial que opera “como un Estado paralelo o mafia”, en palabras de Cristina Fernández de Kirchner. El cuadro se completa con el nexo de esta estructura con los medios de comunicación hegemónicos, con organizaciones violentas pro nazis financiadas por empresas fantasmas ligadas al poder económico macrista, dispuestas a llevar guillotinas, antorchas y bolsas mortuorias a la Plaza, y hasta planificar y ejecutar un intento de asesinar a nuestra vicepresidenta.

La decisión del Presidente de realizar el juicio es muy trascendente, y cuenta con el respaldo de la mayoría de los gobernadores. Más allá de que la relación de fuerzas no alcanzaría en la Cámara Baja, para que pueda aprobarse, el hecho de que se despliegue ante la sociedad un gran debate, y la citación a los implicados; se constituye en un fuerte acontecimiento político y simbólico.

Sin embargo esta iniciativa debe complementarse con una intensificación de la iniciativa política del gobierno nacional tendiente a favorecer con mayor determinación a las grandes mayorías, todavía atrapadas por los aumentos de los precios y la insuficiencia de los ingresos para atender sus necesidades básicas. No existe nada más importante que la vida real del pueblo, particularmente para un gobierno popular. En ese concepto; sí; debe ser incorregible. Los argumentos de los voceros de las corporaciones formadoras de los precios acerca de la mentada "multicausalidad", en realidad intentan velar su objetivo primordial de siempre: potenciar su tasa de ganancia, y en términos más políticos, que el Estado no intervenga en su poder discrecional para formar y remarcar los precios.

Si el pueblo es convocado a ser protagonista de esta disputa decisiva seguramente se transitará un camino hacia el triunfo electoral.
(*) Secretario General del Partido Solidario y director del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini".

Artículo original de www.pagina12.com.ar

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