Cada 14 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Endometriosis, una afección que afecta a las personas gestantes y que condiciona la fertilidad.

La endometriosis es una enfermedad crónica que se cursa con un dolor intenso durante la menstruación, las relaciones sexuales, al defecar o al orinar, que afecta en gran medida la vida de quien la padece. Además, provoca dolor pélvico crónico, distensión abdominal, náuseas, fatiga y, en ocasiones, depresión, ansiedad e infecundidad.

En la actualidad, no se dispone de un tratamiento que la cure, por lo que el objetivo suele ser aliviar los síntomas y visibilizar su existencia, ya que es una enfermedad de la que no se habla.

👉🏼 La endometriosis una enfermedad crónica que provoca un dolor intenso en la menstruación, durante las relaciones sexuales y en la zona pélvica. Genera problemas de fertilidad y afecta hasta el 10 % de las personas con útero. pic.twitter.com/1GlGmlMyKq

— SaludBAP (@SaludBAP) March 14, 2025

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta aproximadamente a 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva en todo el mundo, es decir, a cerca del 10% de este grupo poblacional.

La endometriosis es una enfermedad en la que, en la parte exterior del útero, crece un tejido similar a la mucosa interior del útero que puede causar un dolor intenso en la pelvis y dificultar que se consiga un embarazo. Puede aparecer a partir de la primera menstruación y hasta la menopausia.

Al formarse en la parte externa del útero un tejido similar a la mucosa interior, se provoca una inflamación y la aparición de tejido cicatricial en la pelvis y, raramente, en otras partes del cuerpo.

Causas inciertas y tres tipos de lesiones

No se sabe cuáles son las causas de la endometriosis ni cómo prevenirla. Aunque no hay un tratamiento para curarla, algunos medicamentos alivian los síntomas. A veces es necesario realizar una operación quirúrgica.

La endometriosis provoca una reacción inflamatoria crónica que puede dar lugar a la formación de tejido cicatricial (adherencias, fibrosis) dentro de la pelvis y en otras partes del cuerpo. Se han descrito varios tipos de lesiones:

  • endometriosis superficial, cuando las lesiones se presentan principalmente en el peritoneo pélvico;
  • endometriosis quística de ovario (endometrioma), ubicada en los ovarios;
  • endometriosis profunda, ubicada en el tabique rectovaginal, la vejiga y el intestino;

En casos muy poco frecuentes, también se han hallado lesiones de endometriosis fuera de la pelvis.

Hay otros factores que también pueden contribuir al crecimiento o la persistencia de tejido endometrial ectópico. Por ejemplo, se sabe que la endometriosis depende de los estrógenos, que aumentan la inflamación, el crecimiento y el dolor que acompañan a la enfermedad. Sin embargo, la relación entre los estrógenos y la endometriosis es compleja, ya que la ausencia de estrógenos no siempre significa que no haya endometriosis.

Diagnóstico y tratamiento

Una indagación exhaustiva ginecológica sobre los síntomas menstruales y el dolor pélvico crónico puede servir para sospechar la existencia de endometriosis. Aunque se han propuesto y probado varias herramientas y pruebas de detección, todavía no se ha validado ninguna que permita determinar o predecir con precisión qué personas o grupos poblacionales tienen más probabilidades de padecer esta enfermedad.

A menudo, los síntomas son similares a los de otras afecciones, lo que puede hacer que se retrase el diagnóstico. Por ejemplo, para detectar un endometrioma ovárico, las adherencias y las formas nodulares profundas de la enfermedad suele ser necesario realizar una ecografía o una resonancia magnética. Tras la visualización quirúrgica o laparoscópica de las lesiones, puede ser útil realizar una preparación histológica para confirmar el diagnóstico, sobre todo con las lesiones superficiales más comunes. La necesidad de confirmación histológica o laparoscópica no debe impedir la instauración de un tratamiento provisional.

Aunque no se dispone de un tratamiento que cure la endometriosis, para aliviarla se prescriben distintos fármacos en función de la intensidad de los síntomas y del posible deseo de lograr un embarazo.

Para aliviar el dolor, a menudo se utilizan antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos como el ibuprofeno y el naproxeno.

También pueden ayudar a reducir el dolor medicamentos como los análogos de la hormona gonadoliberina y algunos anticonceptivos, en distintas formas:

  • píldoras anticonceptivas
  • dispositivos intrauterinos (DIU)
  • anillos vaginales
  • implantes
  • inyecciones
  • parches

No obstante, estos métodos pueden no ser adecuados para las mujeres que estén buscando un embarazo.

En ocasiones se recurre a la cirugía para extirpar las lesiones, las adherencias y los tejidos cicatriciales de la endometriosis. La cirugía laparoscópica, en la que se utiliza una pequeña cámara para visualizar el interior del cuerpo, permite operar haciendo incisiones pequeñas. (DIB) ACR

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Fuente: dib.com.ar

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