Se trata de una propuesta educativa que cruza aulas, barrios y edades. A través de un trabajo articulado con los dos CEC se desarrollan talleres pensados para despertar vocaciones científicas, estimular la creatividad y acercar la universidad a las infancias.
Desde la elaboración de bebidas energéticas y caldos sustentables hasta muestras de realidad virtual que abren la puerta a otro universo de aprendizajes.
La iniciativa de la Facultad de Ingeniería aplica en los centros de educación complementaria con experimentos, actividades inmersivas, ciencia y arte. Ambas instituciones aplauden que la Universidad tienda puentes y sea motor de transformación social a través de sus docentes y estudiantes.
Descubren el mundo de la química con celulares, simulaciones y realidad aumentada, recargan energías “fabricando” su propia bebida y hasta se amigan con la física y las matemáticas. Eso experimentan, a diario, chicos y chicas de los Centros de Educación Complementaria (CEC) 801 y 802 de nuestra ciudad a partir de una propuesta que impulsan docentes y estudiantes de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO).
“Es una experiencia muy valiosa y también nos sirve para poder trabajar la orientación para la educación y el trabajo desde edades tempranas, ofreciendo la universidad a los y las estudiantes como posibilidad de proyecto de vida”, expresó Mariana URROZ, vicedirectora de CEC 802, feliz de comprobar lo inspirador que resulta este intercambio de fomento de vocaciones científico tecnológicas.

La iniciativa es parte de la formación social y humanística de universitaria, donde cada estudiante debe promover espacios de trabajo compartidos entre alumnos/as que tienen diversas trayectorias educativas.
En este caso, para quienes asisten a los CEC, que son espacios que complementan y extienden la jornada escolar, profundizando y fortaleciendo saberes y conocimientos que brindan las instituciones de nivel en forma grupal con actividades de aula-taller.
En ese contexto, la Secretaría de Extensión, Vinculación y Transferencia de la FIO articula talleres que son diseñados y desarrollados por docentes universitarios donde la premisa es combinar ciencia, tecnología y juego.
Universidad que hace escuela
Ciencia para experimentar, crear y compartir. Así funciona, desde hace meses, la propuesta educativa que cruza aulas, barrios y edades. A través de un trabajo articulado se desarrollan talleres pensados para despertar vocaciones científicas, estimular la creatividad y acercar la universidad a las infancias.
Las actividades están dirigidas a chicas y chicos de entre 8 y 14 años, y combinan la ciencia con el juego, la tecnología con lo cotidiano, y el aprendizaje con la experiencia directa.

Cada encuentro se convierte en una oportunidad para descubrir, preguntar, imaginar y compartir. Desde el CEC 801, Virginia Piñeyro plantea que dicha articulación es “de suma importancia para el CEC ya que acerca otros conocimientos a los y las estudiantes y nos ayuda a fortalecer la propuesta de enseñanza”.
“Estamos muy contentos con la visita de la universidad, el formato de talleres y la realización de experiencias resultan muy atractivas para los niños y deja abiertos interrogantes que luego continúan trabajando las maestras de CEC, durante la semana”, destacó la directora de la institución.
Un puente entre la ciencia y la vida diaria
Entre las propuestas que se replican en ambos centros, se destacan experiencias como “Caminos del conocimiento”, donde se exploran fenómenos físicos y químicos a través de experimentos simples pero sorprendentes, y una muestra de realidad virtual inmersiva que permite “tocar” el futuro con las manos. En esa misma línea, “Reacciones químicas interactivas” invita a descubrir el mundo de la química con celulares, simulaciones y realidad aumentada.
El taller “Experimentando con la torre de líquidos de colores” permite jugar con la densidad de distintos materiales, mientras que “Rutas de papel” propone aprender geometría a través del arte del origami.

“El programa de apoyo escolar nos favorece al poder realizar un acompañamiento más personalizado a cada estudiante del CEC, quienes han podido resolver dudas, o fortalecer sus aprendizajes”, señaló Mariana Urroz, del CEC 802.
También destacó “la disposición con la que cada estudiante de la FIO se presenta para “interactuar y vincularse con todo el personal (docentes, auxiliares y estudiantes) enriqueciendo favorablemente nuestra dinámica institucional”.
Con los pies en el barrio
Cada CEC suma además iniciativas propias, pensadas desde las necesidades concretas de sus comunidades. En el CEC 801, se trabaja con el taller “¡Recargá tu energía con tu propia bebida!”, que enseña a hacer bebidas caseras para después de hacer deporte, explorando conceptos como el pH, los electrolitos y la salud. También se promueve el aprovechamiento de restos vegetales, una propuesta con foco en el cuidado del ambiente y la cocina sustentable.
En el CEC 802, ubicado en Rufino Fal al 4100 la Facultad acompaña con un espacio de apoyo escolar en matemática, física y química, reforzando aprendizajes clave en ambas jornadas. Esta línea de acción fortalece los trayectos escolares y también la confianza de las y los estudiantes en sus propias capacidades.
Mariana Urroz asegura que los talleres experimentales han sido una oportunidad para “fomentar las actividades científicas y tecnológicas de la Facultad, creando un ambiente divertido y estimulante que motiva a seguir aprendiendo”.
Aprendizajes valiosos
Estas actividades, que se desarrollan entre abril y octubre, no solo generan entusiasmo y aprendizajes, sino que fortalecen la presencia territorial de la FIO. A través de esta experiencia, la Facultad renueva su compromiso con una universidad que sale al encuentro, que escucha, que construye redes, y que apuesta por transformar la educación desde abajo, con las puertas abiertas al barrio y los pies bien puestos en su comunidad.
Ambos centros educativos plantean que la experiencia es muy beneficiosa ya que “también nos sirve para poder trabajar la orientación para la educación y el trabajo desde edades tempranas, ofreciendo la universidad a los y las estudiantes como posibilidad de proyecto de vida”.
“Estamos agradecidos a la Facultad por ofrecer oportunidades de aprendizajes tan valiosas”, expresan con gratitud ambas directivas poniendo en valor el rol que cumple la FIO, como parte de una apuesta concreta de la universidad pública comprometida con su comunidad.
Fuente: cdnoticias.com