Los datos del Ministerio de Salud demuestran un cambio rotundo. El pediatra Gastón Seambelar aseguró que el fenómeno se advierte como una realidad local.
Por Rocío Vergara – para Agencia Comunica
El Hospital Municipal es testigo de lo que sucede en Olavarría: un descenso en la cantidad de nacimientos. En los pasillos los llantos no se escuchan con frecuencia y muchas de las mujeres no vuelven a casa con un bebé en brazos.
El Dr. Gastón Seambelar, médico pediatra, afirma que “el descenso de la natalidad se da en todos los ámbitos, tanto en el público como en el privado. Sucede en todo el país, en el mundo y Olavarría no escapa a esa realidad”.
En Argentina hubo un total de 460.902 nacimientos en 2023. En comparativa con el 2014, se visualizó una baja de la fecundidad del 40%. El desarrollo personal de las mujeres ha demostrado un empoderamiento en ellas lo que se ve reflejado en la baja natalidad, pero esto no es algo que sucede en el 2025, porque “viene de un periodo más largo de tiempo de por ahí tres, cuatro años para atrás aunque en este año se ha profundizado”.
En solo nueve años la tasa de natalidad disminuyó de 2,3% a 1,33% de hijos por mujer, según datos del Ministerio de Salud. “Es francamente palpable en la actividad diaria. En las guardias y en la actividad del servicio de pediatría, se observa un descenso significativo en los partos, en las cesáreas”.
Una maternidad no romantizada
“Hoy encontramos que mujeres un poco más grandes que no han tenido hijos, tienen esta vocación de buscar hijos a pesar del transcurso de los años”, seña el médico. Según datos del Instituto de Estadística y Censos porteño (IDECBA), la mayor concentración de nacimientos se refleja en mujeres de 30 a 39 años.
En 2023 la tasa de fecundidad adolescente fue de 11,5, es decir que un 64% menor en relación con el año 2005, un dato que para los profesionales indica que esto implica mayores oportunidades para que los adolescentes puedan desarrollarse educativamente.
Esto demuestra que se ha frenado el incremento del embarazo adolescente, debido a que “en los en los servicios territoriales se trabaja con la promoción y prevención del embarazo adolescente, otorgando métodos anticonceptivos a las chicas, implementando la educación sexual integral que se da en las escuelas”.
Un nuevo futuro
La baja no se percibe como una mala noticia, sino que evidencia que las mujeres pueden decidir por sus cuerpos, que toman iniciativas sobre su futuro, sobre sus proyectos y carreras profesionales. La alarma no se enciende, porque la feminidades eligen cómo quieren construir su vida más allá de la reproducción o “el mantenimiento de la sociedad”. El cambio en los números muestra las nuevas prioridades de las generaciones, las maternidades deseadas, de infancias y nacimientos planificados con tiempo, con recursos y el deseo real. Las mujeres no son solo madres, también son y pueden ser trabajadoras, estudiantes, viajeras, militantes, creadoras, artistas. Porque también son sujetos con deseos y con decisiones individuales.
Quedó atrás el mandato tradicional donde las mujeres eran el “centro” de la familia, como única posibilidad de la vitalidad. Entonces es que “se habla en muchos lugares del peligro que puede traer esto en cuanto a la disminución de la población, habrá que ver en el tiempo y ver esos efectos secundarios, si aparecen, cómo abordarlos… Volver atrás en derechos adquiridos por parte de la mujer, no es algo viable”, dice el Dr. Seambelar.
El descenso de la natalidad es el significado del nacimiento de un nuevo tipo de vida: uno donde cada nacimiento es decidido con deseo y con sentimientos. Aunque en los pasillos ya no se escuchan llantos, no significa que no haya vida, sino otra manera de habitarla.
Fuente: cdnoticias.com