Rosario, acaso el país, arrancó la semana en modo Scaloneta, y todo estuvo atravesado por la euforia popular que produjo la conquista de la Copa del Mundo en Qatar. Y ya mientras la Selección volaba ayer de regreso, la ciudad palpitaba cómo, cuándo y dónde recibir a sus ídolos nativos, Messi, Di María, Ángel Correa, y también Lionel Scaloni y Franco Armani, si es que llegan aquí de camino a sus Pujato y Casilda de sus orígenes. Máxime, con el guiño oficial de haber establecido medio feriado nacional para hoy.
Alguna definición se conocerá en las próximas horas, cuando el plantel haya arribado a Ezeiza y enfile hacia el Obelisco porteño para el festejo central en público. Salvo que Pablo Javkin tenga un anticipo de boca de Jorge Messi, con quien suele conversar a menudo, acerca de lo que disponga hacer el capitán de la Selección cuando llegue a Rosario. Por lo pronto, Celia, madre de Lío, su esposa, Antonella Roccuzzo, y los tres hijos y una sobrina, arribaron ayer por la tarde, junto a los familiares de otros jugadores, en un vuelo anterior al que tomó la Selección. Y más tarde, los Messi continuaron rumbo al aeropuerto de Fisherton en un vuelo charter.
Mientras tanto, el comercio local aprovecha la fiebre futbolera para vender de todo, a condición de que sea albiceleste y refiera de algún modo a los campeones del mundo. En la tienda de deportes más conocida de peatonal Córdoba, el dueño reveló ayer que había agotado el stock de indumentaria referente a la Selección.
El intendente de Rosario se comunicó ayer con el gobernador Omar Perotti para abrir el paraguas y prever un operativo acorde a la concentración masiva que puede deparar un encuentro abierto de los futbolistas con la gente en Rosario. No obstante, se aclaró que hasta ayer a la tarde no había nada concreto, y todo estaba supeditado a los planes de los protagonistas una vez que arribaran a la ciudad.
"Lo único que dijo el intendente fue expresar su predisposición y buena voluntad en caso de que Messi quisiera hacer algo con la gente. Habló con el gobernador para sumar logística con Provincia, llegado el caso, por ser algo que tendría mucha escala, pero no hay nada en firme", explicó un vocero.
La prensa había alimentado el rumor de un recibimiento de la misma índole que el que se preparó en el Obelisco, pero no. Sin embargo, la Municipalidad difundió un video con un mensaje central que contribuyó a la expectativa: "Rosario te espera, campeón", decía, luego de que el crack dijera en una entrevista que deseaba volver a la ciudad: "Quiero ir a Rosario, tirarme a tomar sol en mi casa con mi mujer al lado, tomar unos mates y disfrutar de esa manera ser campeón del mundo, después habrá tiempo para ver cómo sigue todo”.
"No hay nada porque no sabemos que quiere hacer Messi. Quizás quiere ir directo a su casa, quedarse en familia, y punto. Tampoco nos ha llegado nada acerca de Di María. Así que lo que dijo Pablo fue solo una expresión de deseos, se habló con Perotti en caso de que los jugadores quieran hacer algo, pero nada concreto", cerró.
En tanto, el avión privado de Lionel Messi tocó la pista de Fisherton ayer a media tarde. De allí bajaron su núcleo familiar –Antonella Roccuzzo, sus tres hijos– más Celia, la madre, y una sobrina. No estaba Jorge, el padre del 10. El arribo no fue anunciado y, por lo tanto, los Messi pudieron abordar un auto y abandonar el aeropuerto con comodidad, casi sin testigos más que el personal del aeropuerto y poca prensa. Las conjeturas se dividían acerca del destino de la familia en Rosario, en la finca que posee en un barrio privado de Alvear, o en otro de Funes.
Mientras tanto, los barrios respectivos de Messi en zona sur, y de Di María, en la calle Perdriel, de zona norte, siguieron de festejo y con la expectativa de contar con alguna sorpresa en las próximas horas.
Germán Ángel, presidente de El Torito, el club donde Fideo Di María empezó a patear una pelota, demostró ese cariño expectante en ese rincón del norte rosarino. Igual, prevaleció la prudencia: "Los futbolistas tienen poco tiempo, no hay que molestarlos, tienen una familia. Ya nos hicieron felices con lo que quisieron. El club es su casa", dijo no obstante.
En 1° de Mayo y Lavalleja, atrás de la avenida Uriburu, ayer continuaban las vuvuzelas, orgullosas de estar en el barrio de Lío, con el club El Campito ahí en la esquina, donde empezó a maravillar a los primeros y privilegiados testigos de su magia. Un Messi pintado en cada muro y hasta en alguna terraza, más de 30 según afirman algunos vecinos.
"Claro que lo conocemos, yo desde que era chiquito, siempre pateando la pelota, andaba mucho en la calle. Muy sencillo. Su familia siempre tiene contacto con el barrio. Nuestro sueño es que vuelva para que conozca a los más chiquitos, pero si no, estamos agradecidos igual y orgullosos de él", comentaron vecinos en rueda.
Este artículo fue publicado originalmente el día 20 de diciembre de 2022 Artículo original de www.pagina12.com.ar