El fallo de la Cámara Federal de Mar del Plata que revirtió un fallo previo sobre los pagos a Cammesa por parte de las cooperativas eléctricas. Escribe Luis Cavalli.
* Por Luis Cavalli
Un fallo de la Cámara Federal de Mar del Plata dejó sin efecto una sentencia de primera instancia por la cual las cooperativas eléctricas podían no pagarle a Cammesa miles de millones de pesos por energía, que al mismo tiempo le cobraron a sus usuarios. Una maniobra que aparece como fraudulenta y que involucra a jueces, abogados y funcionarios de la administración pública. La causa había sido iniciada por la cooperativa eléctrica de Villa Gesell y extendida a todas las cooperativas, por el juez Federal de Dolores. La primera sentencia forzaba la interpretación de los presupuestos nacionales del 2017 y del 2020 y resultaba favorable para que Coopelectric aliviara la gravosa deuda que mantiene con CAMMESA, ya que, en la práctica, era una condonación de la enorme deuda. Esta causa era uno de los pilares de la propuesta de saneamiento económico y ético de Coopelectric que postulé como opositor a la casta amarilla en este año. La realidad es que el pago de esta enorme deuda hace imposible la viabilidad de la cooperativa. Había una luz, pero se apagó.
La sentencia, descripta ahora por el tribunal de alzada como fraudulenta, llamaba la atención, porque tales leyes daban la facultad al Poder Ejecutivo Nacional de condonar deuda a las distribuidoras de electricidad que debían a CAMMESA. Facultaba, no obligaba, como interpretó el juez de primera instancia. Llamaba la atención lo forzado de la sentencia, porque si el PEN estimó que no era oportuno, meritorio y conveniente aplicar la condonación durante el tiempo de vigencia del artículo presupuestario, la oportunidad pasó y ya no resulta aplicable. Y un juez no puede hacer obligatorio lo que no lo es. Pero estamos acostumbrados que todo es posible en una Argentina donde los jueces forman parte de la casta.
A diferencia de la casta que se apoderó de Coopelectric, mi pretensión de dirigir la cooperativa se basaba en postulados de saneamiento económico y ético basado en investigaciones y análisis del contexto económico, social y político en el que se encuentra nuestra cooperativa. Una de las alternativas de solución era el antecedente judicial antes referenciado, que obligaba al Gobierno Nacional a aplicar unas normas que, en la práctica, significaban una condonación de la enorme deuda de las cooperativas, todas similares a la de Olavarría, con quien les vende la electricidad mayorista y le deben enormes sumas: CAMMESA. Esta alternativa acaba de desaparecer con el fallo de la Cámara Federal de Mar del Plata.
Me permito utilizar el concepto de casta, término polisémico, pero que encuadra perfectamente con lo que pasa en Coopelectric y que utilizo según la definición del presidente Milei, recientemente incorporado en la terminología política y social. El término fue entendido a la perfección por la mayoría popular. (No olvidemos que en las elecciones a nivel nacional en Olavarría ganó Milei). La casta emergió claramente en julio de este año en Coopelectric: para enfrentar a la Lista Verde, que transitoriamente encabecé, se juntaron, (esto está documentado), el curismo pichetista que causó el actual desastre de la cooperativa en treinta años, el ex intendente radical K, José Eseverri, el Pro de los Galli, La Cámpora, el secretario de los empleados municipales Stuppia, José Maceo, presidente de Pinos de Paz de Coopeelctric, presidente de la Unión de Clubes y presidente del club Pueblo Nuevo. Girando con ellos, sus satélites institucionales.
La casta, que dejó de lado sus diferencias para juntarse en la Lista Amarilla, nunca explicitó una alternativa de solución a la situación de quiebra económica en que se encuentra la cooperativa, sino que pretende convencer que todo está bien, que la cooperativa es una maravilla de servicio: de electricidad, de agua y cloacas y de internet. Lo económico, la quiebra efectiva, es “confidencial”, y mientras se mantenga en secreto y la sociedad dormida, indolente e indiferente, todo se patea para adelante y Dios dirá. Metodología de gestión que arruinó la cooperativa y que causa perjuicio a los usuarios socios cooperativos con cargos extraordinarios como la ilegal “cuota Capital” y el “Acuerdo Enhosa” a pagar en dólares, haciendo de las facturas de Coopelectric las más caras del país y los servicios cada vez más deficientes.
Según la información que se dejó trascender en los medios de comunicación nacionales, el reciente fallo de la Cámara Federal de Mar del Plata es un caso donde la corrupción de abogados, jueces y funcionarios parece va a emerger como consecuencia lógica. Esto deja a Coopelectric en una muy mala posición, porque va a tener que pagar lo que adeuda, más intereses. Monto que, según el último balance, resulta impagable, o en el mejor de los casos, solo se va a recaudar, con el aumento de la tarifa, para pagar deuda, manteniéndola, como hasta ahora, sin fondos para la necesaria modernización de los servicios y su mantenimiento. A esta gravosa obligación hay que sumarle la devolución del cobro indebido de la “contribución de capital en acciones”, que cuenta con la resolución de la devolución por parte del OCEBA y que han dilatado en sede judicial pero que irremediablemente van a tener que abonar a los socios cooperativos.
Ahora que la casta local en pleno está al comando de Coopelectric, es de esperar que tengan imaginación, ideas, inteligencia y buena fe, y dejen de lado sus intereses sectarios, para ponerlos al servicio de salvar una empresa deficiente, quebrada, de la que no son dueños sino que es de su socios, que son casi la totalidad de los olavarrienses. Si la idea es mantener a la sociedad dormida, para seguir parasitando de la empresa de todos, nos espera la peor de las situaciones, que es que todo siga como hasta ahora: estancamiento, deterioro y decadencia.
Fuente: cdnoticias.com