“Hay que llegar hasta el hueso y limpiar los barrios”. Con esta orden, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, puso formalmente en funciones a los primeros 570 agentes que son parte de los 1400 que el Gobierno Nacional destinó a la ciudad de Rosario, para enfrentar la situación de violencia que allí se atraviesa producto de ataques de bandas ligadas al narcotráfico.

Frente a buena parte de ese Comando Unificado de las Fuerzas Federales, el funcionario puntualizó que “ya es mucho lo que ha pasado”. Por eso, agregó, “es imperioso que nos metamos en cada uno de los barrios (afectados) y que lleguemos hasta el hueso” en la investigación contra el delito.

Durante el acto, que tuvo lugar en una de las postas de Gendarmería que ya funcionaban en la provincia de Santa Fe, fueron formados buena de los integrantes de Gendarmería y la Policía Federal destinados progresivamente a esa misión.

También fueron desplegados en ese mismo lugar los carros de asalto, y las tanquetas, camionetas, motos y patrullas que recorrerán las zonas más afectadas.

El desembarco de los efectivos es parte de una batería de medidas destinadas a reforzar la lucha contra el narcotráfico, a la que se sumará la Compañía de Ingenieros del Ejército, destinado a tareas de "urbanización de los barrios populares" rosarinos.

En el lugar también estuvieron el gobernador santafesino, Omar Perotti; el ministro de Seguridad provincial, Claudio Brilloni; el intendente de Rosario, Pablo Javkin, e integrantes del Poder Judicial, a quienes Aníbal Fernández les pidió el apoyo necesario "para trabajar y allanar todo lo que sea necesario para romper una estructura que fue ganando espacio".

En el acto también se firmó un convenio entre el gobierno santafesino y la Unidad de Información Financiera (UIF) para que a través de este organismo se acelere la investigación de maniobras financieras que puedan estar vinculadas al narcotráfico.

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