
Pasó la segunda edición de las "Jornadas de Educación Universitaria y trabajo en (después de) la cárcel. Mujeres y disidencias” con fuerte presencia de la FACSO donde se debatieron temáticas centrales sobre las cárceles, principalmente, en la provincia de Buenos Aires.
“Hay una construcción social sobre la mujer que está presa de que es mala madre y mala mujer” relató la Doctora y Directora del Núcleo “Estudios sobre Sociedad, Acceso a Derechos y Cárceles” Analía Umpierrez en diálogo con Central de Noticias sobre la realidad de las mujeres y disidencias privadas de la libertad.
La primera jornada de “Educación Universitaria y trabajo en (después de) la cárcel” se llevó a cabo el año pasado. Este año, se incorporó la temática de las mujeres y disidencias: “Entendemos que es una particularidad bien diferenciada el tema de las mujeres y disidencias que transitan el encierro y lo que sucede antes de su detención y después de la detención; especialmente vinculado con el tema del trabajo” subrayó Umpierrez.
“Tenemos un grupo de investigación que trabaja básicamente temas de educación y es un desafío empezar a pensar temas de trabajo. Es algo que escasamente hemos indagado, pero es una demanda puntual de quienes transitan los programas, el planteo del después: ¿Qué va a pasar? ¿Cómo prepararse? ¿Qué oportunidades hay?” relató la directora del NACT ESADyC.
El encuentro de este año se dio con investigadores e investigadoras de otras universidades incluyendo participantes de México, España, Uruguay y Brasil. Asimismo, se dio un taller en la Unidad 52 que aloja mujeres y disidencias: “El tema de las disidencias queda mucho más opaco porque básicamente lo que existen son pabellones de diversidad sexual en cárceles de hombres” remarcó Umpierrez.

Problemáticas dentro y fuera de la cárcel
Umpierrez contó que “las mujeres están atravesadas por otras problemáticas como la condición de madres, el sostén de familia, las tareas de cuidado, no sólo con sus hijos e hijas, sino con sus familias”.
A la vez se suma “la dificultad enorme del trabajo en cuanto a la discriminación, la exclusión del mercado de trabajo, trabajos muy mal pagos. Mayormente las mujeres eran de zonas de conurbano, entonces viajan 15 horas para ganar muy poco”.
Sobre la escolarización de las mujeres, algunas no realizaron la primaria completa o el secundario completo. Otras terminan el secundario dentro de la cárcel y llegan a la universidad. Otras descubrieron la escuela primaria como un refugio y un vínculo con la educación. Las realidades son muy distintas y el caso es uno a uno.
Al salir “no necesariamente se tiene el dinero para alquilar, para volver a una vida en la que no se vuelva a la cárcel, que eso es básicamente lo que se piensa: no quiero volver, tengo que sobrevivir afuera” contó Umpierrez.

Y agregó: “Ellas piensan en la cárcel tener resuelto el tema de alojamiento, de la luz, el gas, y que al no estar garantizado el trabajo, es muy complejo afrontarlo una vez que uno sale. Si no tenés una red, si no tenés ciertas certezas o garantías de derechos, es muy difícil la sobrevida. Si te recibiste pero no tenés casa ni comida e hijos a cargo, muchas veces se regresa al punto de partida, que no son los lugares que las hicieron felices, más bien las llevaron a la cárcel”.
“Es como un círculo bastante difícil de romper y por eso la necesidad pensar conjuntamente entre organizaciones estatales y organizaciones territoriales cómo acompañar ese proceso de pasaje y no esperar a la salida. Empezar a trabajar en él durante de la detención, para que no sea un precipicio la salida” reflexionó.
Sin embargo, también “hay casos en que la familia tiene un lugar, te recibe, hay disponibilidad. A veces no son sólo los recursos materiales. Es esto de poder volver y poder encajar después de mucho tiempo, en tu propia casa y con tu familia. Una familia que a veces tiene muchas dificultades también”.

Mujeres privadas de la libertad que son madres
Muchas historias se repiten. Hay mujeres en cárceles que tienen hijas adolescentes embarazadas. Otras hijas viven con hombres violentos. Los más pequeños quedan en manos de una crianza entre familias, amigos o instituciones.
“Las infancias han sido violentadas, vulneradas, muchas veces abusadas. Asimismo, hay una construcción social sobre la mujer que está presa de mala madre y de mala mujer. Se le agrega a la causa y a la pena lo moralizante de la sociedad por ser mujer y el requerimiento del cuidado que no se le achaca al padre preso” aclaró Umpierrez.
Y agregó: “Un padre preso va a tener respuesta porque va a haber mujeres que sostienen a la familia y que sostienen al propio detenido. En el caso de las mujeres, quedan muy solas muchas veces dentro de la cárcel y los hijos van pasando de mano en mano entre familiares, entre hermanos grandes”.
“Otras tienen que pagar el alquiler de sus hijos mientras están presas y no hay trabajo pago dentro de la cárcel. ¿Cómo hago? ¿Cómo sostengo a mi familia afuera? Son temas que, por ahí, en el caso de los hombres, no están tan presentes como preocupación” indicó Umpierrez.

Agenda 2026
Como conclusión, la doctora y Directora del Núcleo “Estudios sobre Sociedad, Acceso a Derechos y Cárceles” expresó que “este encuentro fue muy potente porque en el medio de la jornada nosotros incluimos un encuentro de la red provincial de universidades que trabajamos en Provincia de Buenos Aires".
“Ahí se sumaron varias universidades y se sumaron unidades académicas de UNICEN. Fue muy intenso, muy interesante. Lo que estamos queriendo armar es una agenda 2026 de trabajo colaborativo entre universidades” explicó.
En tanto, relató que “hay algunos proyectos que son exclusivamente de extensión, hay oferta académica, hay proyectos de investigación. Entonces la idea es encontrar algunas líneas de acción conjunta que tengan que ver con proyectos colaborativos entre universidades y con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que es con el que trabajamos más cercanamente. Estamos pensando en algún proyecto que incida en las condiciones de salud de la población penitenciaria”.
“Fue más que interesante y diría productivo, porque más allá de poder pensar las terceras jornadas y demás, creo que la red que estaba como medio estancada porque no nos habíamos vuelto a reunir hace mucho, tomó impulso y nos preparamos a ver si podemos promover acciones que impulsen y mejoren las condiciones de trabajo de las universidades de la provincia en las cárceles provinciales” cerró Umpierrez.
fuente: cdenoticias.com




