La ministra de Salud, Carla Vizzotti, afirmó días atrás en Corrientes que el coronavirus “no va a desaparecer” e instó a que los argentinos se apliquen los refuerzos de vacunación “para mantener la inmunidad”. En ese sentido, la funcionaria se refirió al aumento de casos de coronavirus, que ascendieron de 3.000 a más de 12.000 en una semana en todo el país, a la importancia de la inmunización, y aseguró que “hay stock suficiente de vacunas en todas las provincias”. “Lo venimos diciendo los 24 ministros de salud de todo el país, el virus no va a desaparecer”, afirmó Vizzotti y convocó a “acercarse a los vacunatorios a recibir los refuerzos, especialmente a los mayores de 50 años y personas con condiciones de riesgo”.

Cabe destacar que las autoridades chinas advirtieron hoy que los casos de Covid-19 se dispararon en la capital Beijing, luego de la decisión de relajar las estrictas restricciones en medio de los reclamos de la población. "La tendencia a la rápida propagación de la epidemia continúa", declaró a la prensa Li Ang, portavoz del departamento de salud de la capital china, quien agregó que "el número de consultas por fiebre y estados gripales ha aumentado significativamente, así como el número de llamadas (…) a los servicios de urgencias se ha disparado". La semana pasada, el país anunció el fin de su estricta política sanitaria de "Covid cero", que incluía confinamientos a gran escala e internaciones sistemáticas.

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Bajo este panorama, BigBang dialogó con el biólogo molecular Ernesto Resnik, especialista en la pandemia de Covid-19, quien intentó llevar calma a la población, ante la escalada de casos que se registraron en la última semana y que llevaron a la población a preguntarse si había en el horizonte perspectivas de volver a un confinamiento estricto.

Tras más de dos años de existencia, ¿cómo se encuentra la evolución del Covid-19 en este momento?

– Las epidemias tienen que ver con un agente infeccioso y una respuesta inmune a eso. Cuando no la hay, la gente se contagia. Si el virus es malo, mucha gente o un porcentaje grande muere. La situación actual es de gran inmunidad, lo que algunos llaman una "pared de inmunidad". Esto quiere decir que, entre la gente que ya se contagió y ya se vacunó, que somos muchísimos, estamos en un momento en el cual todavía nos contagiamos porque el virus fue cambiando, pero la enfermedad es bastante más pasable. Si bien los casos han subido mucho, tenemos protección contra la enfermedad. Quizás no tenemos tanta protección contra el contagio, pero estamos en una situación que no tiene nada que ver con 2020 y 2021. Desde 2022 tenemos un riesgo mucho menor de enfermedad y, por lo tanto, muchísimo menor de morir. Y eso se ve en los datos.

Los casos crecieron muchos en los últimos quince días, ¿existe riesgo de volver a la cuarentena estricta en la Argentina?

– No existe en el mundo. Bueno, en China en estos momentos está la gran discusión de si se puede seguir con las cuarentenas o no. El país que hizo estrictamente cuarentena cada vez que aparecieron puñados de casos. En la Argentina y en el resto del mundo no hay chance alguna de cuarentena estricta, por lo que decía antes, que la inmunidad es tal, que es menor el riesgo de muerte. Aunque el virus no se ha ido y hay riesgo de contagiarse.

Mientras en el último tiempo las cepas parecían ser más contagiosas pero con síntomas menos duros, como la Delta, este último brote tiene características más parecidas a la enfermedad original. ¿Cómo evalúa esta situación?

– Lo que conocemos hasta ahora es que el virus cambió mucho en cuanto a su capacidad de contagiar, no cambió tanto en cuanto a la enfermedad que produce. En algún momento creíamos que Delta producía una enfermedad un poquito menor, y algunos creyeron que la de Omicron era aun más leve. Nada de esto resultó cierto. La ola de Omicron fue la que más gente mató en el mundo. Lo que está pasando es que las nuevas cepas, cambiadas o no, en este momento tenemos varias cepas en circulación, todas originarias de Omicron, tenemos una inmunidad que, si bien no nos protege de contagiarnos, sí del daño biológico y médico que puedan producirnos.

La información respecto a los cuidados para evitar el contagio fue cambiando mucho desde principios de 2020. ¿Hay nuevos cuidados que haya que tener ante la nueva escalada de casos?

– Hemos construido una inmunidad tal, que los cuidados han cambiado desde que tenemos vacunas. Entre la gente que se infectó y la gente que se vacunó, en lugares donde se llevan las estadísticas, o en Gran Bretaña, que es el lugar donde mejor se mide la epidemiología de esta enfermedad y virus, en estos momentos consideran que entre el 85 y el 100 por ciento de las personas tienen inmunidad contra el virus. Eso ha cambiado todo de manera absoluta. El virus no se fue, va a volver. Siempre que haya una ola, pequeña o no, va a haber gente más vulnerable que va a sucumbir a la enfermedad. El barbijo es muy difícil volverlo, sigue siendo útil. Estamos en una situación en la que los cuidados más esenciales son, para mí, dos: la mejor vacunación posible -tres, cuatro, cinco dosis- y lo otro sigue siendo tener cuidado en las reuniones. Evitar el contacto directo, fundamentalmente con gente que uno no conoce. Cuando uno está en la casa es cuando más se esparce el virus, cuando una persona se contagia también. Lo acabo de vivir hace tres semanas cuando los cinco de mi familia nos terminamos contagiando porque mi hijo lo trajo de la escuela.

La Confederación Farmacéutica Argentina anunció que en noviembre las ventas de autotest crecieron un 200% y su positividad se cuadruplicó en los últimos días del mes. En el marco de que no hay testeos masivos como en otros momentos, ¿puede haber más casos que los que registra el Ministerio de Salud y qué implica esto de ser así?

– El tema de los testeos. Ahora en el mundo está el autotest y tenés muchísimos casos de gente que se testea, da positivo, se queda en casa -esperemos- y nada más. Y no hay registro de eso. Eso quiere decir que efectivamente hay muchos más casos de los que conocemos. Por eso la verdadera medición hoy de cómo va la pandemia se da por la cantidad de gente que termina en el hospital por Covid. Hospitalización, terapia intensiva y muerte. Esos son los únicos números fidedignos de cómo va la pandemia. Porque cuando una persona va con una enfermedad respiratoria a un hospital porque está mal, en cualquier lugar del mundo lo testean por Covid. Hoy sabemos que hay muchísimos más casos de los que vemos, pero en los hospitales no termina tanta gente. En este momento en los Estados Unidos es muchísimo más grande la incidencia de la gripe clásica y de otro virus, el virus respiratorio sincicial (RSV), empiezan a ser un problema más grande.

Ayer el presidente Alberto Fernández dijo en la Cumbre del Mercosur donde fue electo presidente del organismo que "el 90 por ciento de las vacunas quedó para el mundo central", mientras que la periferia tuvo el otro 10. ¿Cuán real es esta frase y cuánto tiene que ver con que la pandemia sigue presente?

– El tema de las vacunas, por suerte, ya no es un problema. Hoy la producción alcanza y sobra para todo aquel que quiera tenerlas, la Argentina no es excepción. Por supuesto, al principio de 2021, cuando las vacunas empezaron a esparcirse por el mundo, los primeros en recibirlas fueron EEUU y Europa. Esto, nos guste o no, fue como ocurrió. La Argentina hizo muy bien en ir a buscar otro tipo de vacunas, la Sinopharm y la Sputnik. Eso fue un punto excelente en cuanto a ir progresando en la vacunación. Hoy en día no es un problema, pero en ese momento sí lo fue. Posiblemente, si hubiéramos sido un país europeo, la segunda ola nuestra -que fue la más mortal- no hubiese ocurrido, o por lo menos hubiera sido mucho más menor.

Las noticias muestran cómo China todavía mantiene reclusiones estrictas en ciertas zonas donde se presentan casos, ¿cómo evalúa en términos de efectividad epidemiológica esa decisión?

– China fue muy exitosa con lo que fue la cuarentena estricta, combinada con una capacidad de testeo abrumador. Hubo situaciones famosas donde por 11 casos detectados, cerraron ciudades de millones de habitantes por varios días. Fue exitoso en eso. Su productividad económica se mantuvo gracias a eso. Es un país de miles de millones de habitantes, donde empezó la pandemia. Si los números de China hubieran sido, los de circulación y muerte, de EEUU, que ya tiene 1.200.000 muertos, en un país con una población que es seis o siete veces mayor, los números serían impresionantes y sin embargo China tiene un número muy bajo. Ese problema fue sustancial cuando no había vacunas. Ahora las hay, los chinos están tratando de proveer a su población con otras vacunas y están produciendo sus propias vacunas de ARN mensajero. Es insostenible económicamente encerrar medio país cada dos meses. Las protestas que se ven en la gente son porque el hartazgo ya es muy grande, y es muy difícil. Y, además, con inmunidad es menos necesario. Yo creo que eso va camino a cambiar, claramente.

Contenido original BigBang News