La ruta 14 que nos lleva hasta el Parque Nacional El Palmar, en ese trayecto entrerriano, es linda, para disfrutar de sus tonalidades verdes. Tras pasar el puesto de entrada y recorrer unos metros, se llega hasta donde hay que reportarse, pagar la entrada y a partir de allí dejarse llevar por la calma del lugar y el sonido de las aves.
Este parque de casi 8.500 hectáreas, creado en 1966 con el objetivo de preservar la especie de palmeras yatay que predomina en la zona, está situado a 54 kilómetros al norte de la ciudad de Colón y a 6 kilómetros al sur de Ubajay.
Gustosos del avistaje, los deportes de aventura y la fotografía, el recorrido en general se hace en auto (lo recomendable es 40 kilómetros), salvo algunos circuitos que son para descubrirlos a pie. Con las ventanillas bajas, no solo las bandadas de aves que son parte de la reserva son un atractivo, sino que los famosos carpinchos hacen la delicia de grandes y chicos.
Los circuitos pueden ser autogestionados o, los que llegan en contingente, los hacen con guías como para conocer más a fondo el lugar. Todo recorrido a pie es por caminos delimitados y homologados, es decir seguros, más allá que alguno de ellos requiera algún esfuerzo mayor.
Caminando, a caballo o en bicicleta, el sendero principal de 12 kilómetros y sus huellas secundarias se pueden recorrer entre zorros de monte, vizcachas y ñandúes, todo bajo la mirada de las miles de aves de la zona.
Además, los turistas que realicen este trayecto podrán apreciar la gran cantidad de palmeras de yatay que caracterizan al parque, visitar el arroyo de los Loros, donde se bañan carpinchos y lobitos de río, y acceder a un mirador que permite apreciar el contraste entre el paisaje natural y los campos aledaños.
Tras atravesar un punto de información turística, el camino principal recorre unos 11 kilómetros de ripio hasta arribar a un estacionamiento vehicular, frente a la intendencia del Parque. En la mitad del recorrido, una senda perpendicular lleva hacia el Mirador La Glorieta.
El sendero en torno de este mirador tiene una extensión total de mil metros y una forma circular, que arranca y termina en el mismo lugar. Desde allí, el visitante puede tomar dimensión, a la distancia y en altura, del tamaño del Parque Nacional y de la inconmensurable cantidad de palmeras yatay que le habitan. Se trata de un mirador natural a orillas del Arroyo Palmar, que brinda a los visitantes las postales ineludibles. Es un sendero relativamente corto, con perspectivas inolvidables.
El sendero del Mirador del Palmar se desvía seis kilómetros del camino principal, rumbo del Arroyo Palmar. El paisaje allí es tan solemne como silvestre. Fruto del cuidado del parque y principalmente, de la manera en que la selva en galería se vincula con el arroyo, se imponen postales de frondosas arboledas y de un espejo de agua marrón, que serpentea las costas. (DIB)
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Fuente: dib.com.ar