Precipitaciones: no solo hay lluvia y nieve en invierno

En los últimos días en los que el frío se ha recrudecido en casi todo el territorio nacional por el afianzamiento de una masa de aire polar, las especulaciones sobre la posibilidad de que caiga nieve en zonas donde no es habitual generó expectativas sobre la concreción del fenómeno.

La lluvia y la nieve – según explica el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) – son probablemente los tipos de precipitación más conocidos, pero en invierno también existen otras, que se dan en condiciones determinadas.

Hay dos factores que definen el tipo de precipitación: la temperatura de la nube y la temperatura del aire entre la nube y el suelo. Así, si la temperatura en donde están las nubes es positiva, de ellas precipitará lluvia, o sea pequeñas gotas de agua líquida. No obstante, a medida que viajan hacia la superficie, pueden pasar varias cosas dependiendo de la temperatura del aire.

Tipos de precipitaciones de invierno

Si la temperatura siempre es positiva, al suelo llega lluvia.

Si el aire se va enfriando hasta alcanzar valores negativos cerca del suelo, la gota se congelará y se forman pequeñas bolitas de hielo blanco y blando. Este fenómeno se llama graupel y de lejos puede confundirse con nieve.

Hay un caso especial en el que la gota de lluvia permanece en estado líquido, aunque su temperatura es negativa. Esto se conoce como agua sobreenfriada. En este caso, la gota se congela instantáneamente cuando choca el suelo o los objetos. Y si bien el fenómeno es de lluvia, se forma una capa de hielo duro sobre todas las superficies y el suelo. Esto se conoce como lluvia helada o engelante.

Cuando en la nube las temperaturas son muy bajas, en ciertas condiciones y con temperaturas bajo cero, la nube no se compone de agua líquida, sino de pequeños cristales de hielo que se unen para formar copos de nieve, que comenzarán su caída hacia el suelo.

Si en el trayecto las temperaturas siempre son negativas, el copo llegará al suelo para dejar un hermoso paisaje blanco.

Si en el camino se encuentra con una capa de aire que es más cálida, la nieve se derrite y se transforma en lluvia.

A veces ocurre que la capa de aire más cálida no es muy grande. Entonces solo los copos más chicos llegarán a derretirse, mientras que otros pueden llegar hasta el suelo. En este caso habrá algunas gotas de lluvia y copos de nieve en simultáneo, fenómeno que se conoce como aguanieve. (DIB) ACR

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Fuente: dib.com.ar

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