Cuatro vecinos contaron su experiencia en el ya dado de baja Programa Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar. Cómo accedieron, las particularidades y el valor de este tipo de políticas de acceso a una casa propia.
Iván Cabello | Especial para Central de Noticias
A principios de junio de este año el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Economía publicó la resolución 764/2025, que da cumplimiento al decreto 1018/2024 que disuelve el fondo fiduciario Programa Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar (Pro.Cre.Ar). Ese programa buscaba facilitar a distintas familias de Argentina el acceso a una vivienda propia, o bien, conseguir créditos hipotecarios para la refacción y mejoramiento del hogar, además de otorgar la posibilidad de acceder a lotes con servicios utilizados para una posterior construcción de la vivienda propia.
El programa, que hasta el año pasado continuaba en vigencia, inició en 2012 mediante un proyecto impulsado por la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. Un plan que en la teoría de sus impulsores, además de brindar la oportunidad de acceder a una vivienda o ampliar y refaccionar la propia, incentivaba la economía local a través de la mano de obra empleada, la compra de los materiales y la contratación de distintos servicios o profesionales que intervienen en el mercado de la construcción.
Aunque este medio consultó a autoridades nacionales sobre los datos de la cantidad y tipo de créditos PRO.CRE.AR totales entregados en Olavarría, no obtuvo respuesta alguna de los mismos. No obstante, en la página del Ministerio de Economía aparecen los datos del periodo 2020 a 2023. En la ciudad se entregaron 175 lotes con servicios de agua, electricidad, alumbrado, gas y cordón cuneta. El portal añade además que se ubican en el barrio Pickelado.
Otro análisis ejecutado por la misma cartera, describe el impacto que tuvo el Procrear II en la ciudad. Muestra que, de un total de 1077 créditos entregados, 440 son de construcción y 637 de mejoramiento habitacional. Ambos representaron una inversión total de $1.961.358.155,08.
En este contexto, Central de Noticias conversó con beneficiarios de las distintas líneas de construcción quienes explicaron cómo resultaron sus experiencias personales en la adquisición de los créditos. Hoy todos ellos tienen sus viviendas.
El acceso a los créditos
El ingreso al programa, los requisitos y las formas en que resultaron beneficiarios variaron a lo largo del tiempo. Rocío, vecina del Barrio Belén fue adjudicataria de Procrear en la línea Casa Propia en 2021, allí pudo concretar la construcción de su vivienda: “No fue dificultoso acceder, te pedían la documentación pertinente, pero no hubo tantas trabas como en los anteriores. Solamente tenías que presentar los planos hechos por un maestro mayor de obra o alguien que lo certifique”. Además, destacó la importancia de “no tener en el mando de la obra a un ingeniero. Después sí te pedían saber que tenías sueldo fijo y tu terreno”.
“Me anoté en la página del Procrear un martes y el viernes revisé el correo que había sido beneficiado” recordó Daniel, vecino del barrio Hipólito Yrigoyen, que ingresó al programa en 2014. En ese momento “había que tener el terreno” para obtener el crédito. El mismo debía estar escriturado, “lo que hacían ellos es que si no lo estaba se encargaban de hacerte la escritura que la pagabas vos”. Sin este documento “no te daban el crédito”.
Una de las líneas del programa incluía el acceso al lote donde se iba a construir la vivienda más el crédito para la construcción de la casa. Daiana, vecina de barrio Pickelado llegó a Procrear en 2020, mediante un sorteo de beneficiarios, posterior a la revisión de los requisitos: “había que anotarse y luego te pedían cumplir ciertos requisitos: trabajo en blanco con antigüedad mínima de uno o dos años y demostrar que no tenías ninguna propiedad. Ellos corroboraban y te daban un número para acceder al sorteo”.
Buena administración
La forma en que los beneficiarios administraban el monto del crédito que tenían disponible en cada momento era importante, sumado a la forma en que se organizaban para comprar ciertos materiales antes que otros o que parte dejaban apartada para la mano de obra. Este punto fue uno de los que todos los beneficiarios entrevistados hicieron hincapié.
Darian es vecino de barrio Evita, su experiencia con Procrear fue en 2021, cuando accedió a la línea de reformas, apuntaba a que los beneficiarios puedan realizar un mejoramiento del inmueble donde vivían. Detalló que desde el programa le indicaron cómo tenía que hacer uso del depósito que le habían realizado: “una vez que me aprobaron pude retirar el 50% y el otro 50% lo hice debitando para corralones y materiales”.
Con los depósitos “tenías que saber manejarte muy bien” indicó Rocío. Así, el primer desembolso “lo use para comprar aberturas, pisos, materiales, griferías, lo más caro. El resto para los materiales del día a día y mano de obra”. Respecto al alcance que tenía el crédito para la cobertura de los gastos totales en la construcción de la casa, “la realidad es que me hice una casa tipo tradicional y sí me alcanzó el dinero porque no hice una mansión”. A lo que sumó que para ella “a mucha gente no le alcanzó porque intentó hacer grandes construcciones y el crédito no daba para eso”.
Daniel por su parte explicó que el monto del crédito “te lo daban en cuatro tandas, con la primera tenías que llegar a un porcentaje de la casa, pero no se sabía cuál era, hasta que al final te daban igual el resto”. En este punto criticó el poco control: “supuestamente venía un veedor a ver si habías cumplido con lo que tenías que hacer, pero nunca vinieron. Vos pedías la plata y te la daban igual en cada tanda, no importaba que hacías, nadie controlaba”. Contrario a la experiencia de Rocío, Daniel indicó que el dinero “no alcanzaba. Creo que no me alcanzó ni para la mano de obra”.
Las cuotas: un punto fuerte
Si en algo concordaron todos los beneficiarios de Procrear que fueron entrevistados, es en la facilidad al momento de abonar las cuotas: “eran bastante accesibles, lo de la cuota era lo más favorable” indicó Daniel.
A veces la cantidad de pagos escalaba a una gran cantidad de años. En el caso de Daiana se trató de “un crédito de 360 cuotas que son aproximadamente 30 años” y destacó que las mismas “son relativamente accesibles”. En este caso, “Procrear lo que hizo cuando me anote fue tomar un 25% del salario que se ajusta todos los meses, entonces el valor va a aumentando mes a mes. Pero estoy conforme porque sigue siendo accesible para una persona que tiene un trabajo”.
El valor del plan
Muchas familias y personas en Argentina han podido acceder a su casa propia gracias a planes de viviendas como el Procrear. Con sus valoraciones y falencias, todos los entrevistados destacaron que el programa recientemente dado de baja es de vital importancia para la construcción o mejoramiento de sus viviendas.
Para Rocío, “si no hubiera sido por Procrear, creo que no habría tenido mi casa propia”. Además, aseveró que la baja del programa es “una vergüenza” y sentenció que para ella y su familia “la casa es lo más importante, significó un sueño”.
“Sin dudas considero que el Procrear es excelente” dijo Daiana. Además de “una muy buena oportunidad para cualquier persona que tenga el deseo y posibilidad de tener su casa propia”.
Para finalizar, Darian indicó que el programa “era una buena forma de llegar a construir tu casa, o comprar o ampliar una vivienda” y fue “una lástima que lo hayan dado de baja". “Ojalá en algún momento vuelva” cerró.
Fuente: cdnoticias.com