Te aviso y te anuncio que hoy renuncio a wikipediar anuncios. La frase se repite en mi cabeza mientras busco declaraciones, noticias, remates viralizados, parejas perdidas, exitazos memorables, caderas que gritan verdades a los cuatro vientos. Y me pregunto: ¿qué dato podríamos desconocer sobre ella? Hay biografías inabarcables, y la de Shakira es una de esas.

Desde que Isabel Mebarak Ripoll pasó de ser una niña que cantaba en reuniones a convertirse en Shakira, la cantante latina más galardonada del mundo, todos sus pasos quedaron expuestos ante nosotros. Vivió diez vidas en una, cambió de pelo, de tono, de impronta. Exploró todos los géneros musicales existentes y siempre estuvo sincronizada con el espíritu de la época. Shakira es la dueña del sensor que marca para dónde va el movimiento social.

Triunfó en el mercado internacional y se posicionó en el angloparlante como ninguna otra mujer latina pudo hacerlo. El truco no consistía únicamente en lanzar un álbum como Laundry Service en una doble versión inglés/español sino en utilizarlo como anzuelo para plantar sus raíces en un territorio hostil para otras lenguas, otros fraseos y también otros cuerpos. Porque Shakira no era angelical, alta ni rubia, sino una petisita alimentada a pura pólvora, con melena rockera, voz quebrada y un culo que se movía al ritmo de la danza del vientre que había aprendido en su Barranquilla natal cuando en el colegio la conocían como “la pibita del baile árabe”.

Vivió diez vidas en una, cambió de pelo, de tono, de impronta. Exploró todos los géneros musicales existentes y siempre estuvo sincronizada con el espíritu de la época. Shakira es la dueña del sensor que marca para dónde va el movimiento social.

Y si estás en el baile, tenés que bailar, se sabe, aunque suenen algunas canciones feas que nadie querría escuchar. Pasó por todas, desde el derrumbe económico de su familia hasta una megademanda por deudas impositivas, pero, ¿quién no se anotó en una moratoria del monotributo? Levantó un imperio musical y también construyó escuelas en los barrios más vulnerables. Se enamoró con locura y se estrelló como un tren bala. Fue ciega, sorda y muda hasta que debió tomar la palabra.

Estuvo arriba, abajo, le sacó fotos a Piqué disfrazado de Topo Gigio, vistió a sus hijos como duendes para la Navidad, vino a la boda de Messi como “mujer de” y creyó que la luz dependía del hombre que apretara el interruptor. Dijeron que da notas con mala cara; que cuando en 2000 se preguntaba dónde estaban los ladrones estaba a punto de enterarse de que tenía a uno al lado, y que predica la sororidad pero escracha a la nueva pareja de su ex en un tema que cosechó tres millones de reproducciones en una hora.

¿Por qué le perdonamos todo a Shakira? Hay algo que ningún sociólogo entendería porque el amor traspasa cualquier teoría. Shakira es la encarnación de aquella frase que nació en la Fórmula 1 y, según cuenta la leyenda, se la dijo James Hunt a Niki Lauda: “A veces está bueno que la gente te quiera”. Aunque invoquemos a Foucault, Baudrillard o Deleuze, nadie podrá dilucidar el misterio de por qué hay gente a la que queremos que le vaya bien.

TE FELICITO

Aunque algunas mujeres sean millonarias y poderosas, sentimos que podrían llorar como nosotras, en joggineta, tomando mate y puteando sin culpa a la nueva del ex.

"Sabes bien que estoy a tus pies", le cantaba a Antonito mientras prometía escalar los Andes solo para contar sus lunares. La Shakira que la semana pasada le dio una entrevista viral a Enrique Acevedo, conductor del programa mexicano En punto por N+, se replantea cada una de esas palabras: “Me he creído esa fábula de que una mujer definitivamente necesita a un hombre, siempre he sido bastante dependiente de los hombres, tengo que confesarlo. He sido una enamorada del amor y creo que esa historieta he logrado entenderla desde otra perspectiva y sentir que yo me basto a mí misma hoy en día. He logrado sentir que yo soy suficiente, cosa que pensé que jamás podía pasar”.

La "BZRP Music Sessions #53" dio la vuelta al mundo, y al cierre de esta edición Shakira y Bizarrap estarán a punto de presentarse en el programa de Jimmy Fallon.

Y si sus declaraciones suenan a posteo inspiracional de Instagram, a videíto motivacional tiktokero, también hay que preguntarse cuántas estrellas de fama mundial se atreven a confesar que toda su vida han sido dependientes de un hombre.

Esa Shakira expresa lo que muchas mujeres en puestos de poder no se animarían ni a pensar: no importa cuán exitosa seas si tu existencia depende de la aprobación de tu pareja.

Con 46 años, Shakira pertenece a una generación criada bajo el signo del sueño familiar ideal. Siempre se habló de su debilidad por su padre, quien está pasando un momento complicado de salud después de sufrir una doble caída y ser operado de un coágulo subdural. “Mi padre es la luz de mi vida”, dijo. Alguna vez declaró también que antes de conocer a Piqué pensaba que no había Dios y que “después de Gerard salió el sol”. Ahora Shakira se dio cuenta de que puede cambiar sola las lamparitas. Sus hijos Milan y Sasha seguirán estando aunque se muden a Miami y las fotos navideñas no sean aquellas que Shakira imaginó viendo los álbumes familiares de sus padres.

Milan fue quien le dijo: “Tenés que hacer algo con Bizarrap”. Envidio el buen ojo de la criatura, el resto es historia. A veces los amigos o los hijos te cambian la música y quedás desorientado, preguntando cuándo vuelven los lentos, o no. Porque del “Por completarte me rompí en pedazos, me lo advirtieron pero no hice caso” que cantaba en “Te felicito”, pasó a “Una loba como yo no está pa’ tipos como tú”.

Shakira contó que sus hijos, Milan y Sasha, participan de manera activa en la creación de sus canciones. Sin ir más lejos, fue Milan quien le sugirió grabar con Bizarrap.

La "BZRP Music Sessions #53" dio la vuelta al mundo, y al cierre de esta edición Shakira y Bizarrap estarán a punto de presentarse en el programa de Jimmy Fallon. Las mujeres no lloran, ¿las mujeres facturan? Quizás las mujeres tenemos derecho a llorar y también a facturar sin que la culpa nos sal… pique.

TE AVISO, TE ANUNCIO

Shakira fue engañada como todas nosotras, y a la hora de cobrarse ese vuelto sabe que tiene con qué. De los cuernos no se salva nadie, pero discutirlo en público ya es otra cosa, como dijo Chris Rock en Selective Outrage, el especial de comedia donde atiende a Will Smith. Y nuestra chica transformó la catarsis en maldición electro pop con su habitual olfato de sabueso para las colaboraciones.

Ella siempre intuye cuál es la canción. Se zambulló en el rock desenfrenado cuando Aerosmith era potencia, le entró al susurro sensual ininteligible cuando Alejandro Sanz era el placer culposo del momento, vampirizó el joven trap de otro Alejandro, Rauw, y llegó a los fraseos desprejuiciados de Karol G con el hitazo “TQG”. “Te fuiste diciendo que me superaste y te conseguiste nueva novia, lo que ella no sabe es que tú todavía me está’ viendo to’a’ las historias.” Shakira sabe que un par de mujeres cantando verdades tiran más que una yunta de stalkers.

Y mientras en las redes se discute acerca de si es lícita una literatura de la venganza o si el manual de la buena feminista ve con ojos de aprobación que te tires contra la nueva novia del ex que se acostó en tu cama, usó tu clave de Netflix y te comió el yogur descremado, Shakira dispara la conversación hacia lugares que no son tan livianos como parecen.

“Siempre he sido bastante dependiente de los hombres, tengo que confesarlo. He sido una enamorada del amor y creo que esa historieta he logrado entenderla desde otra perspectiva y sentir que yo me basto a mí misma hoy en día. He logrado sentir que yo soy suficiente.”

Lo hizo al imponer su inglés con acento cuando la comunidad latina era menospreciada en los mercados internacionales; cuando exhibió un cuerpo que se alejaba del de las supermodelos y de estrellitas diseñadas por las discográficas; cuando eligió ir para otro lado en una familia llena de primas que competían en concursos de belleza como medio de ascenso social; cuando quiso maternar en vez de seguir con las giras, y también cuando decidió volver, cornuda, triste, enojada, sola, rabiosa, feliz, esperanzada, con un disco nuevo y muchas pero muchas ganas de patear a más de cuatro.

¿Una canción de Shakira tracciona más preguntas que el libro Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie? Tal vez sí, porque Chimamanda ya es una frase de remera y Shakira somos todas, más allá del dogma. Sin sus millones, pero con nuestras dudas, contradicciones, maldades y mandatos que todavía no nos podemos arrancar. Incluso el de ser feliz para siempre o el de escribir un perfil de Shakira que no es un perfil sino un modelo para armar. Ferrari, Twingo, Rolex o Casio, eliges tú. Túúúúú.

Fotos: gentileza Sony Music

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