El expresidente Jair Bolsonaro deberá devolver al patrimonio nacional, en los próximos cinco días, el paquete de joyas valuadas en 100.000 dólares que le regaló la monarquía saudita y que ingresó de contrabando al país en octubre de 2021. Así lo resolvió el Tribunal de Cuentas de Brasil en medio de un escándalo que domina parte de la agenda brasileña desde hace tres semanas.

Se trata -según reveló la semana pasada el diario Estadão- de un collar, un anillo, un reloj y un par de pendientes (en 3,5 millones de reales) que fueron encontrados durante una inspección en el aeropuerto de Guarulhos, San Pablo, en la mochila de un asesor del entonces ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, quien volvía de un viaje oficial a Medio Oriente. Entre los "regalos" también había un fusil y una pistola que recibió de Emiratos Árabes Unidos.

"Me están acusando de un regalo que no pedí ni recibí. No existe cualquier ilegalidad de mi parte", señaló Bolsonaro la semana pasada a CNN Brasil y sostuvo que se trataba de un regalo para su esposa Michelle. El ex presidente hizo esas declaraciones desde Estados Unidos, donde se autoexilió dos días antes de tener que entregar la banda presidencial a Lula Da Silva.

A partir de las declaraciones de Bolsonaro admitiera el contrabando, el Tribunal de Cuentas determinó una auditoria en todo el archivo presidencial sobre los regalos recibidos por el exmandatario.
Los dichos de Bolsonaro se respaldan en los argumentos que dio entonces el propio almirante Albuquerque, quien aparece filmado diciendo que esas joyas eran para la entonces primera dama Michelle Bolsonaro. Sin embargo, el militar se desdijo el martes ante el Tribunal de Cuentas y sostuvo que eran para la Presidencia de Brasil.
Tras el escándalo, un comité del Senado abrió una investigación para determinar si el contrabando de joyas era parte de un soborno para Bolsonaro por parte de la monarquía saudita, supuestamente vinculado con la privatización de una refinería de la estatal brasileña Petrobras, a favor de un fondo de inversión de Emiratos Arabes Unidos.
Según se reveló, Bolsonaro mandó a su edecán e intentó ocho veces con diversas presiones retirar las joyas de la aduana para que le fueran entregadas pero los agentes rechazaron el pedido argumentando que deberían ser declaradas como patrimonio del país.

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