“¿Qué es lo que buscás?, el amor no es así”, se dice a sí mismo Benito Cerati en “Tu espada en mí”, una de las diez canciones de Shasei, su primer disco solista. Un trabajo íntimamente personal (tras diez años al frente de Zero Kill) con el que revisita su adolescencia en un ejercicio para comprenderse más, tomar de la mano todas sus vulnerabilidades y, en algún sentido, agradecerles por lo aprendido, por lo que es hoy. “Animarte a ser vulnerable es una de las cosas que más fortaleza requiere”, sostiene. En el marco de esa búsqueda tan arquitectónica como sentimental y psicológica, en la que reafirma su identidad esquivando injustas comparaciones de linaje, abre su corazón en esta charla.

Shasei es el álbum más pop que hiciste. ¿Cuáles fueron los discos que escuchaste en esa época que más te inspiraron?

–Los discos que más escuché haciendo Shasei tienen que ver con los sonidos que escuchaba en la adolescencia, porque la temática del álbum está muy relacionada con esa etapa, con lo que me pasaba cuando tenía 15, 16 años. Experiencias con las que todos se pueden identificar. La música que me inspiró es todo lo que escuchaba en esa época. El primer disco que me compré en la vida fue Mezzanine, de Massive Attack. Otro que me marcó mucho fue Dummy, de Portishead, así que esas fueron las escuchas que más me influyeron. Después le sumé cosas que tenía ganas de experimentar hoy en día, como soundtracks de películas como Goldfinger, de James Bond, y cosas como chacareras… folklore en general, para darle un aire más autóctono y más natural.

También dijiste que había resultado “sanador”. ¿En qué sentido? ¿Qué sublimaste a través de estas canciones?

–En el sentido no tanto de estar en un mal lugar y que la música me cure, que eso también me ha pasado, sino simplemente de estar en un buen lugar, justamente, que me permitió estar mejor. Esta cosa de hacer un featuring conmigo mismo. Darle espacio a un Benito mucho más joven, a escribir canciones junto conmigo. Porque agarré bocetos de cuando era chico y los expandí, entonces son todos conceptos que tuve a esa edad y fue trabajarlos con el Benito de ahora. Fue una colaboración bastante interesante y tierna para mí. En ese sentido, un poco esto de darme la mano, que sea una colaboración a través del tiempo, fue algo lindo para mi niño interior.

La inspiración en tu adolescencia y eso de dejar plasmadas “las primeras veces de muchas cosas” (que te enamoraste, que te abandonaron, que tuviste miedo, etcétera), ¿puede leerse como una suerte de diario íntimo sonoro de esa época?

–Creo que el disco tiene una manera más poética de hablar, al escucharlo uno podría descifrar muchas cosas e interpretarlo de varias maneras, que es lo que planeaba. He jugado mucho con el doble sentido en las letras y creo que en cierto punto hay una base de inspiración, pero quería dejar un margen para que una canción pudiera estar hablando de varias cosas a la vez. Entonces, si lo leés a mi manera tal vez suene a diario íntimo de esa época, pero también puede significar un montón de cosas. Un tema que está inspirado en mi primer desamor también puede hablar de eso que sentimos todos.

Shasei es una palabra japonesa que puede traducirse como “dibujar la naturaleza a través de la escritura”, pero también como el acto de eyacular. “Agujero negro” también tiene connotación sexual; está muy presente lo erótico. ¿Sentís que tiene que ver con la necesidad de dejar plasmado algo del placer como vehículo?

–Así como plasmo la primera vez que me enamoré, la primera vez que me rompieron el corazón, la primera vez que se murió un familiar por una enfermedad, que está presente en la canción “Virus”, también hay una cuestión que nos pasa a la mayoría de nosotros en cuanto a lo que es el despertar sexual. Yo lo tuve a esa edad y está representado en “Agujero negro”, que, como decís vos, tiene una connotación sexual, al igual que “Cemento”, y tiene un montón de cuestiones por el estilo. El tema “Shasei” está construido como si fuera una especie de orgasmo, como que vas subiendo y al final llegás a un clímax, algo que también aparece en la voz, que cada vez cobra más fuerza. Y no es que quise hacerlo sexual, sino que es todo una gran ebullición, sexual y sentimental.

–¿Y cómo fue esa ebullición, que siempre es reveladora, incluso confusa?

–En la adolescencia lo que viví fue una explosión de sentimientos, el florecimiento de un montón de cosas, es por eso que fue importante dejar plasmado todo lo sexual, porque como humano constituye un montón de cosas. Además esto de cantarle al sexo de una manera más explícita a veces está mal visto por algunos sectores más esnobs de la música, a los escuchas me refiero, algo así como si hablar de sexo fuera algo vulgar. Y la reivindicación más grande hoy en día es cantarle al placer.

–¿De dónde surge tu fascinación con la cultura japonesa que tiñe la estética del disco?

–Me gustan mucho las películas tipo Ghost in the Shell, también consumo muchos videojuegos de clásicos japoneses, esos universos me inspiraron mucho estéticamente. No soy tan fan de lo kawaii, de la cosa estupendamente cute, me gustan más las películas de Satoshi Kon, por ejemplo Perfect Blue, ese tipo de cosas.

–También recuerdo que me contaste que de chico te marcó bastante ver el animé Ranma ½.

–¡Sí! Para mí era un flash ver un animé con un protagonista que cuando le tiraban agua fría se transformaba en chica. Yo decía “wow, qué lindo”. Claro que era un dibujo producto de su época y era un poco machista, pero yo lo tiré para el lado del transformismo. Y después me di cuenta de que mi campo de comodidad es la androginia. A mí me gusta mucho tener un cuerpo de varón pero jugar con las cosas que no le corresponden en lo establecido a mi género. Algo que también llevo a mi estética.

–Hacés música desde los cinco años, primera vez que grabaste un álbum que aún conservás en CD. Expresarte fue siempre algo natural, lejos de los mandatos.

–Tal cual. Nadie me dijo nada ni me colgó una guitarra. Elegí hacer música porque es algo que me da placer, me pone la piel de gallina. Ninguna otra cosa me genera nada parecido. A veces hasta me tenían que echar del estudio: quería saber de qué se trataba todo. Y hoy es igual para mí, sigo haciendo lo mismo que cuando era chico, divertirme.

Créditos:

Fotos: Karim Fortunato

Dirección de producción: @gimebugallo

Producción y styling: @camilagmariani

Coordinación general: @srtamaliboo

Make up: @avonarg

Pelo: @avhairstyle y @daichumakeup

Realizador audiovisual: @chanascigliotti

Planificación digital: @joelalvarxz

Agradecimientos: @panni_margot

Artículo original de www.pagina12.com.ar

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