Los flashes y los posters se irán con las gambetas Lionel Messi, las atajadas del Dibu Martínez o los goles de Julián Álvarez. Un escalón más atrás quedarán el corazón de De Paul, los cruces de Otamendi y Romero o las asistencias (y goles) de Enzo Fernández y Alexis Mac Allister, verdaderas revelaciones del nuevo campeón del mundo. Pero otro aspecto que se rescatará de la memoria sobre este equipo serán las apariciones heroicas de varios actores de reparto, que también tuvieron su instante de gloria para quedar inmortalizados con alguna acción clave que sirvió para el triunfo final.
Por más que era el ancho de bastos, Ángel Di María no pudo tener el Mundial que soñaba por culpa de aquella lesión ante Polonia. Sin embargo, lo compensó con una final inolvidable y otro gol histórico para su colección, como el de los Juegos Olímpicos 2008 o el de la final de la Copa América en el Maracaná. Ausente por lesión en la definición del 2014 ante Alemania, ahora tendrá su poster con un grito propio en una final mundialista.
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Pero si por historia y trayectoria lo de Di María podía aventurarse, con algunos compañeros, con roles más acotados y específicos, era mucho más difícil imaginarlo. Paulo Dybala había tenido una presencia casi testimonial en el torneo, con unos minutos ante Croacia como única participación activa. Sin embargo, su momento en el certamen llegó en la definición: sobre el cierre del suplementario, llegó justo a cruzar a Mbappé en el área propia después de que el francés superara sucesivamente a Romero, Paredes y Enzo Fernández. Y para completarla, luego anotó su penal para tomar la primera ventaja en la serie. Curiosamente, su última acción antes del Mundial había sido un penal que convirtió para la Roma, cuando se desgarró y puso en serio riesgo su presencia en Qatar.
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Lisandro Martínez fue una rueda de auxilio de un aporte invalorable a lo largo del torneo, siempre listo para entrar y colaborar en lo que fuera necesario. El nivel de Romero y Otamendi le quitó espacio entre los titulares y su presencia quedó limitada a tramos de los partidos en los que se necesitaban tres zagueros. En ese contexto, su momento de épica llegó ante Australia, cuando concretó un cruce salvador ante Behich, después de que el lateral rival había superado a toda la defensa y se aprestaba a vencer al Dibu Martínez.
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Los laterales, que en todo el torneo fueron monedas de cambio en la cabeza de Scaloni, también tuvieron su instante de gloria. Molina anotó su primer gol en la Selección justo para abrir el marcador en los cuartos de final ante Países Bajos, mientras que Acuña generó el penal para el segundo gol de ese partido con un gran desborde. Y ni hablar de Montiel. Responsable de la mano que posibilitó el 3-3 de Francia, tuvo su redención unos minutos después con el penal decisivo en la serie. Ya había convertido en la llave ante Países Bajos, pero nada se puede comparar con el que batió a Lloris.
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Los penales también le dieron su foto mundialista a Paredes y Lautaro, a pesar de que no tuvieron el certamen que se hubiesen imaginado a nivel individual, ya que llegaron como titulares indiscutidos y perdieron terreno desde el primer partido. El volante de la Juventus pateó dos penales pesados ante Países Bajos y ante Francia. Con convicción metió ambos y consolidó las ventajas que había sacado el Dibu con sus atajadas. Para Lautaro, el Mundial comenzó cruzado cuando le anularon dos tantos por offside con Arabia Saudita, con dos definiciones antológicas. Luego perdió el puesto ante Álvarez y la confianza con las chances dilapidadas ante Polonia y ante Australia. Sin embargo, el destino lo puso frente a una oportunidad clave, con el quinto penal ante Países Bajos, justo después de que Enzo Fernández fallara el suyo: era el triunfo o dilapidar la ventaja y alargar la serie. Y ahí mostró la templanza suficiente para rematar con convicción y asegurar el boleto para las semifinales.
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Los grandes flashes irán para otro lado. Pero muchos de los actores de reparto de la Scaloneta también tendrán sus instantáneas gloriosas, como en su momento lo vivieron el Beto Alonso con su taco ante Hungría, el Conejo Tarantini con su cabezazo ante Perú, el Tata Brown con su gol a Inglaterra, el Vasco Olarticochea con su nucazo ante Inglaterra o Pedro Pablo Pasculli con su tanto ante Uruguay.