Massa seguirá intentando cuando pueda, pero depende antes de la unión contra el espanto que de la efectividad de sus medidas para amortiguar el índice inflacionario. Y a Milei le bastaría con no correrse del lugar conquistado a fuerza de exabruptos. Bullrich, al revés, se ve obligada a producir algún impacto que nadie sabe en qué residiría.
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